Cómo dejar de procrastinar como estudiante

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Introducción

La procrastinación es un desafío común que enfrentan los estudiantes universitarios. Equilibrar las clases, los trabajos y la vida social puede ser abrumador, lo que lleva a un ciclo de posponer tareas importantes hasta el último minuto, porque dejarlo todo para luego es lo más fácil. Esto puede causar estrés y afectar negativamente tu rendimiento académico y, lo más importante, tu bienestar personal. 
 

¿Es dejar de procrastinar la solución?

Si te has encontrado luchando contra la procrastinación, ¡estamos aquí para ayudarte! Te ayudaremos a descubrir algunas de las mejores estrategias para dejar de procrastinar. Ya sea que estés luchando por evitar la procrastinación o buscando mejorar tu productividad, estos consejos están diseñados para ayudarte a superar los hábitos de procrastinación y alcanzar tus objetivos a largo plazo.
 

¿Por qué es importante evitar la procrastinación?


 

Antes de profundizar, debes entender por qué es importante dejar de procrastinar. Para empezar, posponer tareas puede obstaculizar tu rendimiento académico. Cuando dejas tus trabajos y revisiones hasta el último minuto, probablemente llevarán a trabajos apresurados y de menor calidad, lo que afectará negativamente las calificaciones tanto en tus exámenes como en tus trabajos.

 

 

 

 

Aparte de eso, la procrastinación puede ser perjudicial para tu salud mental, informa la fundación ANAED. Aunque estés posponiendo algo, tu cerebro aún sabe que tienes que hacerlo. Esto puede llevar a un aumento del estrés, la ansiedad y la depresión. Al completar estas tareas a tiempo, puedes aumentar tu satisfacción personal al fomentar una sensación de logro.
 

Ahora, echemos un vistazo a cómo dejar de procrastinar.
 

Consejos para dejar de procrastinar como estudiante

 

1. Establecer metas claras 

La falta de metas claras es una razón común por la que los estudiantes son propensos a procrastinar. Sin una dirección clara y motivación, es fácil sentirse abrumado y evitar tareas importantes porque parecen inútiles.

 

 

 

 

Comienza observando el panorama general. ¿Dónde quieres estar en uno, cinco o incluso diez años? Luego desglosa los pasos de lo que necesitas hacer para lograrlo. Al especificar por qué necesitas estudiar o completar tus trabajos con un alto estándar, estarás más motivado para hacerlo.

2. Crear un horario 

Tener un plan estructurado puede reducir significativamente la procrastinación. Cuando asignas tiempos específicos para estudiar, realizar trabajos y tomar descansos, creas una rutina que fomenta la productividad. Para hacer esto posible, podrías crear un planificador o un calendario digital para mapear tu semana. 

 

 

 

 

Para una mejor visión general de tu semana, intenta codificar tu horario por colores según las clases, las sesiones de estudio y las actividades sociales. Es importante crear consistencia, así que trata de apegarte a esto lo más posible. ¡Pero no hay daño en ser flexible!
 

3. Priorizar tareas importantes 

Es fácil pasar tiempo en actividades menos importantes mientras se evitan las tareas grandes que importan, lo que nos hace sentir mejor al hacer algo. Priorizar te ayuda a enfocarte en lo que es más crítico. 

 

 

 

 

Una de las formas de hacer esto es utilizando la Matriz de Eisenhower para categorizar tus tareas en cuatro cuadrantes: urgente e importante, importante pero no urgente, urgente pero no importante y ni urgente ni importante. Comienza enfocándote en las tareas que son tanto urgentes como importantes y sigue desde allí.
 

4. Eliminar distracciones 

Una fuente importante de tu procrastinación proviene de las distracciones. Ya sea las redes sociales, el ruido, hablar con tus amigos o incluso un espacio de trabajo desordenado, es importante bloquear estas distracciones cuando estás en modo de estudio. Para crear un entorno libre de distracciones, apaga tus notificaciones y prepara el escenario para una mejor concentración y productividad.
 

5. Dividir grandes tareas 

Enfrentar una gran tarea puede ser intimidante, lo que lleva a la procrastinación. Dividirla en piezas más pequeñas y manejables puede hacer que parezca menos abrumadora. Si tienes un gran proyecto o trabajo pendiente, como tu tesis, dividir y conquistar es el camino a seguir. Podrías dividir esto en investigar, esbozar, escribir y revisar. Para cada tarea más pequeña, fíjate un mini plazo para mantenerte en el camino y ver cómo brillas.
 

6. Usar la técnica Pomodoro 

La técnica Pomodoro es un método de gestión del tiempo que puede ayudarte a mantenerte enfocado y productivo. Involucra trabajar por un período de tiempo determinado, generalmente 25 minutos, seguido de un breve descanso. Configura un temporizador para 25 minutos y trabaja en una tarea sin interrupciones. Después de que suene el temporizador, toma un descanso de 5 minutos y repite, tomando un descanso más largo después de cada cuatro "Pomodoros". Esta técnica puede ayudarte a mantener un alto nivel de concentración mientras previenes el agotamiento.
 

7. Recompensarte cuando te lo mereces 

Los incentivos pueden ser un poderoso motivador para superar la procrastinación. Un poco como entrenar a un perro, recompensarte después de completar una tarea es un tipo de acondicionamiento que refuerza el comportamiento positivo, haciendo que tengas más ganas de completar estas tareas. Tu recompensa puede ser cualquier cosa que disfrutes, ya sea ver un episodio de tu serie favorita, darte un capricho con tu snack favorito o incluso dar un paseo.
 

8. Mantenerte responsable 

Tener a alguien que te mantenga responsable puede reducir significativamente la procrastinación. Compartir tus metas con un amigo puede proporcionar el empujón extra que necesitas. Haz equipo con un compañero de clase o amigo y establece controles regulares para discutir tu progreso. Esta responsabilidad puede ayudarte a mantenerte comprometido con tus tareas y plazos. A menos que seas propenso a conversar, incluso podrías usarlo como compañero de estudio para ayudarse mutuamente a repasar.
 

9. Practicar la autocompasión 

Es importante ser amable contigo mismo, especialmente cuando fallas. Culparte por ello puede llevar a más emociones negativas e incluso más procrastinación. Todos luchan con esto a veces, así que cuando lo hagas, reflexiona sobre lo que lo desencadenó y cómo puedes abordarlo en el futuro. De esta manera, puedes mejorar cómo manejarlo la próxima vez que tengas un montón de tareas estresantes para equilibrar.
 

Conclusión

Dejar de procrastinar puede ser un desafío, pero podrás superarlo con las estrategias adecuadas de gestión del tiempo. Al establecer metas claras, crear un horario, priorizar tareas y eliminar distracciones, puedes desarrollar hábitos que promuevan la productividad y reduzcan el estrés. Recuerda, superar la procrastinación requiere tiempo y esfuerzo, pero las recompensas tanto personales como académicas valdrán la pena. Ahora que sabes cómo dejar de procrastinar, pon en práctica estos consejos y observa cómo creces.

 

 

 

 

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